Antropología Inuit

Groenlandia por fin limpia su cara

Desde el año 2002 que viajo a Groenlandia, y una de mis máximas inquietudes y preocupaciones ha sido ver como el país se ha ido cubriendo de basura, desechos tóxicos y otros residuos que iban no solo contaminando el maravilloso entorno natural groenlandés sino que además, infestaba las poblaciones con montañas de escombros (normalmente situadas en lugares estratégicos para no ser vistos por los turistas o viajeros) y que se alzaban hacia un cielo gris. Cuando llegaba la temporada de invierno, la basura quedaba sepultada bajo la nieve. Y era en verano cuando afloraban de nuevo estos contaminantes para dar una pincelada surrealista al espectacular y magnífico paisaje groenlandés.

Población de Kuummiit, costa este de Groenlandia (2016).

Desde mi propio punto de vista creo que los groenlandeses actuales hacen lo mismo que sus antepasados, cuando terminan algo (en el pasado básicamente eran huesos de animales), luego lo tiran al suelo (actualmente son latas, colillas, papeles, bolsas de plástico, etc…). Este hecho, añadido al incremento del turismo, a menudo nada sostenible, y a la total despreocupación por parte del Reino de Dinamarca (principal proveedor de mercancías del país), en recoger los desechos para luego reciclarlos o destruirlos (Groenlandia no tiene industria y por lo tanto, no dispone de los medios necesarios para hacerlo), ha provocado que en las últimas décadas crecieran las montañas de basura al mismo ritmo que la isla perdía su hielo continental, como consecuencia del calentamiento global del planeta.

Llegada a la población de Nanortalik de un buque de carga con mercancías procedentes de Dinamarca (2010).

Sin embargo, este panorama desolador ha ido cambiando paulatinamente a lo largo de los últimos años. En las escuelas groenlandesas se enseña a los niñ@s la importancia de no contaminar su entorno natural, ya que las principales actividades tradicionales en este país siguen siendo la caza y la pesca, y por lo tanto, dependen de lo que la naturaleza les da. Además se hace también hincapié en el reciclaje y en los peligros contaminantes del plástico. 

Cazador Ammassalimmiut pescando sobre el hielo (2013).

Pero la mejor noticia, sin duda, es que en 2018 empezaron a poner soluciones al problema de las toneladas de escombros acumuladas en las últimas décadas y almacenadas en montañas en todas las poblaciones groenlandesas. Podemos afirmar que los groenlandeses han comenzado a limpiar su país. Están recogiendo en contenedores las basuras y éstas son enviadas en barcos a Nuuk (la capital), y desde allí, son llevadas a Dinamarca para su posterior reciclaje o destrucción.

Población de Kuummiit, costa este de Groenlandia (2019). Véase el comparativo con la fotografía del año 2016.

Además se han instalado papeleras en las poblaciones y en algunos pueblos como Kuummiit, en la costa este de Groenlandia, se reúnen equipos de limpieza (niños, adultos y gente mayor) para retirar toda la basura que se ha ido acumulando en las calles.

Papelera en la población de Tiniteqilaaq, costa este de Groenlandia (2019). Fotografía de Isabel Barriel.
La población de Kuummiit, costa este de Groenlandia, recogiendo basura (2019).

Otra de las iniciativas que se han puesto en marcha es, como dicen los propios groenlandeses, “la limpieza de las flores americanas”, es decir las bases aéreas que dejaron los yanquis tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. El 11 de enero de 2018, Dinamarca anunció que contribuiría con 180 millones de coronas danesas (24 millones de euros aproximadamente) durante seis años para comenzar a limpiar algunas de las bases militares abandonadas en Groenlandia, aunque los expertos advirtieron que es poco probable que la cantidad sea suficiente para terminar el trabajo.

Antigua base militar norteamericana Bluie East Two, costa este de Groenlandia (2017).

A finales del verano de 2019, comenzaron las tareas de limpieza en la antigua base militar Bluie East Two, situada en la costa este de Groenlandia (lo pude comprobar con mis propios ojos). Abandonada por los soldados norteamericanos en 1947, dejaron la base área con sus hangares, vehículos y generadores, etc… incluidos más de 10.000 barriles de combustible. En aquella época, se usaba combustible con plomo, que es mucho más tóxico que el combustible usado hoy.

Barriles que contenían combustible en la base militar norteamericana Bluie East Two, costa este de Groenlandia (2017).

Esperemos que todas estas iniciativas lleguen a buen puerto y que por fin, Groenlandia, nos ofrezca su mejor aspecto, respetando su entorno natural, con un turismo sostenible y con una educación medioambiental que empiece en las escuelas y que continúe con el ejemplo.

Proceso de limpieza de la base militar norteamericana Bluie East Two, costa este de Groenlandia (2019).

Sólo así se cumplirá el viejo dicho inuit que afirma: “Yo, que nací para morir, viviré. Hasta que el mundo de los hombres y el de los animales vuelvan a unirse, yo viviré.